Entró a robar a una casa y se llevó una computadora con valiosos archivos de un médico

Un delincuente irrumpió en una casa de la zona del Puente Blanco, y las imágenes fueron publicadas en las redes sociales el jueves. Para poder concretar el robo, saltó desde el terreno de una vivienda colindante.

Dado que se manejaba solo y debía volver a saltar la medianera no pudo robar muchas pertenencias, pero el daño que causó fue crucial.

Se llevó ropa, un teléfono celular y una computadora Asus, donde el médico urólogo Cristian Pablo Morriello, guardaba historias clínicas e información médica muy importante.

Para conocer en detalle lo ocurrido, elchorrillero.com dialogó con el papá del especialista y dueño de la casa donde se concretó el delito, César Antonio Morriello.

Según describió el propietario, ese día estaba haciendo reposo por un estado gripal. Su hijo, que vive en el fondo del domicilio, tuvo que salir a cubrir una urgencia en la clínica donde se desempeña y en ese lapso de tiempo el delincuente irrumpió en el lugar.

De acuerdo a lo que graficó el ladrón habría concretando una tarea de inteligencia para estudiar los movimientos de la casa. Esta precisión fue aportada por las cámaras de seguridad del propietario.

“Fue un mal momento para mi familia porque uno no sabe si está armado. Lo material no es demasiado importante, pero como vienen jugados y no les importa nada, si se sienten acorralados son capaces de matar, no sé cómo se puede actuar ante esta situación”, expresó Morriello.

Al enterarse de lo que había ocurrido, pidieron asistencia a la Comisaría  2º. “Llegaron inmediatamente pero vino un solo efectivo. Le dije que se bajara con el arma porque no sabia si aún estaba adentro”, dijo.

Morriello contó que su hijo regresó hace aproximadamente un año a San Luis, tras concluir su residencia. En ese sentido le habilitaron un departamento en el fondo de la vivienda para que se instalara.

Jamás imaginaron que se podrían llevar una herramienta de trabajo tan importante desde la intimidad de su casa.

“La máquina tiene un valor relevante al margen de lo económico. Ha causado daño porque esa máquina la venderá entre a $500 o $1000, pero la información es muy preponderante no solo para mi hijo, sino para sus pacientes”, manifestó.

A raíz del hecho, Morriello optó por compartir en las redes los registros fílmicos del momento del robo. Su intención fue ver la posibilidad de recuperar la computadora; está dispuesto a devolver el dinero a quien la haya comprado.

La misma es un modelo importado (Asus Q534, 2 in 1 Touch-Screen Laptop), con lo cual no hay muchas del mismo tipo.

La inseguridad cotidiana

El hombre explicó que lo único que lo movilizó a hacer público el caso fue la necesidad de recuperar la computadora. Aún así afirmó que este tipo de hurtos suceden de modo cotidiano.

De hecho el mismo ladrón le robó a su vecino tres veces seguidas en tres días consecutivos. “Andan por los techos”, aseguró.

Estos casos “lamentables” lo obligaron a invertir en mayor seguridad.

Previo al robo contaba con un sistema de video vigilancia y alarma. Ahora colocaron una nueva alarma en el sector donde se cometió el robo, incrementaron la cantidad de cámaras y hasta colocó un cerco perimetral anti robo.

Incluso contó que a raíz de un otro hecho de inseguridad ocurrido 10 años atrás, instaló puertas blindadas. Si bien remarcó que eso le da mayor tranquilidad, reconoció que “no se puede vivir en una jaula”.

“Uno paga los impuestos para tener un poco de seguridad en las calles aunque sea”, cuestionó.

Por último remarcó que si bien la situación de inseguridad está llegando a un punto límite, no se trata de ir contra el delincuente a modo de venganza, pero remarcó que no pondrá a su familia en riesgo.

“Si le tengo que pegar un tiro lo hago, ya nos pasó de que nos maniataron con alambres, nos quisieron matar un niño para que les diéramos dinero (…) Uno corre peligro, no voy a permitir que maten a mi familia para robar un TV, si el delincuente está armado tendrá que atenerse a las consecuencias del domicilio donde ingrese”, concluyó.